La comunión

Con la familia hay que cumplir, eso es lo que siempre se dice, así que cuando me avisaron de que en mayo tenía dos comuniones seguidas, me lo apunté en la agenda. Era enero y ahí lo dejé. Pero algo pasó con aquella agenda porque misteriosamente desaparecieron esas fechas y cuando solo quedaban un par de semanas recibí un mensaje de un familiar recordándomelo. Entonces pensé: ¿qué pasa si pongo una excusa y me borro como quien no quiere la cosa?

Lo sondeé con mi madre y me dijo tajantemente que no, que había que cumplir con la familia… Las comuniones no salen baratas precisamente: supongo que son los niños los únicos beneficiados con tanto regalo, aunque a cambio tienen que pasarse unos cuantos meses (o años incluso) aprendiendo cosas que, probablemente, no les interesen nada. Pero hay que respetar las tradiciones, que diría mi santa madre.

Pues nada. Manos a la obra. He mirado por internet para Comprar Polos Polo de hombre. Claro, no tengo ropa decente para acudir a los eventos. Y aunque no soy un marqués ni la reina de España, no creo que esté muy bien visto ir a las dos comuniones ataviado con la misma indumentaria. Miré mi cuenta corriente y calculé cuánto dinero podía gastarme sin que el resto del mes tuviera que comer pan y agua del grifo.

Y luego están los regalos, ¿no? Porque se supone que el que va a una comunión debe regalar algo al niño: para eso se hace el tema, ¿no? La cuestión es que yo estoy un poco desconectado de lo que hacen los niños de 8 o 9 años ahora. Pero cualquier cosa con un halo tecnológico irá bien, algo con una pantalla táctil donde tocar y tocar.

Entre Comprar Polos Polo de hombre y el regalo, todo por partida doble, mis finanzas van a sufrir. Para cerciorarme bien de que podría sobrevivir otro año, llamé a mi madre para que me asegurase de que no tengo un primo cuarto perdido por ahí que vaya a tener su comunión el año que viene, porque no doy para más.