El miedo, principal problema a la hora de prevenir el cáncer

Las personas podemos ser muy complicadas y muy contradictorias desde el punto de vista de la psicología. Evitamos cosas que serían buenas para nosotros por el simple hecho de que tenemos miedo a que pueda pasar algo malo. Por ejemplo, algunos evitan enamorarse por miedo a pasarlo mal si la relación fracasa sin pensar en que están perdiéndose todo lo bueno que también tendrían en esa relación o evitan tener una mascota para no sufrir cuando muera, privándose así de tener a un gran compañero o compañera en la vida.

Esa misma mentalidad basada en el miedo hace que muchas personas no acudan a las revisiones anuales de su médico por si les encuentran algo malo. Y no se dan cuenta que, en ciertas enfermedades, el diagnóstico precoz es fundamental para evitar males mayores. Un ejemplo claro lo tenemos en el cáncer, una enfermedad para la que no tenemos cura cuando está en un estado muy avanzado pero que sí podemos curar en sus estados iniciales.

El miedo al cáncer es tan fuerte que no pueden razonar de manera efectiva y pensar que si sufren un cancer en pancreas y este se le detecta en un estado inicial tendrán posibilidades de éxito mientras que si el cáncer está ya avanzado en ese órgano la esperanza de vida va a ser muy baja. Y lo peor de todo es que no querer saber no va a impedir que la enfermedad esté ahí, solo estaremos dejando que el cáncer actúe a sus anchas sin que nadie trate de ponerle freno.

La actitud de esconder la cabeza como el avestruz no es eficaz. Todos deberían de realizar los correspondientes chequeos anuales. Y acudir al médico si se percibe que algo no va bien ¿Acaso sigues conduciendo tu vehículo cuando se ha pinchado una rueda en lugar de repararlo? ¿O lo haces cuando te indica que no tiene aceite en el motor? Seguro que no, e igual de irresponsable es ignorar los indicadores del propio cuerpo.

Un diagnóstico de cáncer es un jarro de agua fría para cualquiera, nadie lo pone en cuestión. Pero mucho peor es recibir un diagnóstico de cáncer avanzado por no haber tomado las precauciones a su debido tiempo y tener una esperanza de vida muy acortada por no haber querido afrontar antes un problema que era imposible de evitar en un momento o en otro.