4 excusas perfectas para auto regalarte una joya

Para los amantes de las cosas bonitas, cualquier excusa es buena para comprar Joyas en Vigo. Pero si eres de esas personas que se sienten culpables cuando gastan mucho dinero en ellos mismos, te vamos a ayudar a que tengas excusas perfectas para auto regalarte una bonita joya y sentir que te la mereces.

  1. Cambios de decena. Lo ideal sería comprarse una joya cada cumpleaños y, claro está, puedes hacerlo. Pero puedes dejar para los cambios de decena algo muy especial y señalado, una pieza con un diseño especial o con un gran valor. Los 20, 30, 40, 50, 60…. son edades muy especiales y que merecen una joya muy exclusiva. Esas piezas que brillarán con luz propia en tu colección y que incluso puedes comprarte por atrasado si no has podido comenzar tus adquisiciones hasta los 30, por ejemplo. A fin de cuentas, lo que vale es tener una joya por decena y el resto son detalles.
  2. Un gran logro laboral. Un ascenso, conseguir un trabajo en tu ciudad o lograr mudarte a ese lugar al que siempre te has querido marchar, pero nunca surgía la posibilidad. Tal vez, conseguir tu primer empleo justo en la rama que te gusta de tu profesión o conseguir que se te reconozca un trabajo bien hecho. Hay situaciones muy especiales que no se producen todos los días y que no vas a olvidar nunca, pero menos todavía si las asocias con una bonita joya que será un recordatorio de que todo es posible y que puedes conseguir lo que te propongas en tu trabajo.
  3. Alcanzar un objetivo personal. Conseguir el peso que nos habíamos propuesto en una dieta, tras hacerla sin caer en tentaciones. Lograr acabar unos estudios que nos han costado mucho o acabar con una larguísima lista de tareas pendientes. Te has portado bien, has cumplido con tus obligaciones y objetivos personales y te mereces una recompensa. Porque es bueno reconocer la propia valía y animarse tras haber realizado un gran esfuerzo.
  4. Porque necesitas subirte la autoestima. A veces, necesitamos tener un chute de autoestima, sentir que merecemos cosas buenas y bonitas, como una joya. Y no podemos esperar a que nadie nos la regale, podemos hacerlo nosotros mismos. Así, escogeremos justo esa que nos gusta y nos la compraremos solo porque sí, porque somos suficientemente buenos como para merecerla y disfrutarla.